20 de Mayo, 04:48am


«Estoy esperando la casualidad de mi vida.»
Ana, Los amantes del Círculo Polar


Tres luces cayeron del cielo a mi ventana digital. Les tendí la mano, les ofrecí un paseo por mi casa de verbos, por mi tejado desprendido gracias al lenguaje ventoso y, de manera peculiar, ellas me entregaron una casa de citas tan amplia como la noche.
Rodeada de nombres que desconozco y kilómetros y kilómetros de palabras, me envuelvo. Estoy hecha para saltar y lo hago, entro en la intensidad, en el rítmo del vértigo, en la intriga de una verdad que puede ser mentira y viceversa.
No dudo, perduro.

Y atesoro lo próximo, las ganas de Agosto, el mes que desde siempre fue una marca diciendo, cantando un silencio que puede, esta vez, mutar, convertirse, en grito, en cuerpo, en revelación; y acabar así con las cosas previas, los sin sabores, los minutos de ausencia, los años de ausencia.

No hay lenguaje que pueda nombrar, hoy, el extásis en la piel.







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4 voces:

Juan P. Giusepponi dijo...

Ya te dije que no lo entiendo, jaja, así que me remito a comentar sobre el cambio.

El cambio que no es cambio, sino descubrimiento; el de absorber, masticar y tragar, por el de besar, acompañar y agarrar de la mano.

Viajar, sin dejar de masticar. Esa es tu virtud (un descubrimiento).

Qué linda que sos.
:)

Anónimo dijo...

Es increíble

Mango de flores dijo...

sos, sos. no sé, GIGANTE. el sentimiento se funde en No hay lenguaje que pueda nombrar, hoy, el extásis en la piel.

no sé, me da ganas de correr de un lado a otro.

Judas dijo...

"Dicen, que en el Círculo Polar, en las noches de verano el sol no se pone nunca, lo llaman el sol de medianoche."